Mi formación inicial
Con 18 años, quiero estudiar Comunicación, pero no me atrae el enfoque que ofrece el programa de la carrera en sí. Busco otra forma de acercarme a ella y en 1997 me apunto en Filología Románica en la Universidad de Lieja (Bélgica). Todo un acierto: descubro la sociolingüística, la evolución fonética de las palabras y múltiples teorías sobre el lenguaje. Dedico mi tesina a un asunto de política lingüística.
En 2001, curso un año de especialización pedagógicapara disponer de competencias fiables dentro de un aula.
Primera incursión en el mundo laboral
A continuación, me mudo a Las Palmas de GC. Me adapto con mucha facilidad y nada más llegar, me contratan como tutora de inglés en una escuela privada.
En 2003, un primer cambio de rumbo me lleva a explotar mis dones naturales de organización y entro como productora en una empresa que se dedica a montar eventos culturales de gran envergadura: compruebo lo que supone montar un festival, un concierto, una obra de teatro… Dos años más tarde, me renuevo y paso a otro campo: el audiovisual.
En aquel entonces, me nombran Jefa de Producción. Aprendo muchísimo sobre el mundo de la TV, de la comunicación corporativa, de la publicidad, etc, pero también sobre coordinar un equipo, tratar con los clientes, manejar el estrés.
Me quedaré 5 años en ese puesto, pero no quieta del todo…
Un día, mientras estoy en plena producción de un programa de TV, me doy cuenta de que tampoco es ésta la versión de la Comunicación que andaba buscando, pues no me siento realizada… Me informo sobre cursos que tratan de ella desde una perspectiva de crecimiento personal y oigo hablar de la PNL. Me encanta lo que entreveo y decido formarme con Creasistema y apostar por un futuro profesional diferente, donde me sentiré más “yo”.
El punto de inflexión: mi formación en PNL
1. Practitioner PNL: A lo largo del primer tramo de la formación, aprendo toneladas de cosas sobre mi comportamiento. Entiendo entonces por qué actúo de ciertas formas en algunas ocasiones y hago ajustes hasta sentirme más a gusto con mi actitud.
2. Máster practitioner PNL: en el segundo curso, identifico mis creencias limitantes (esa vocecita que sentencia lo que está bien o mal y que influye en todas tus decisiones) y aprendo a modificarlas para que se conviertan en un apoyo en la consecución de mis objetivos (¡vaya revelación!). Empiezo a vivir lo que es verdaderamente importante para mí.
3. Coaching PNL: Por último, durante el tercer año, voy a experimentar y practicar lo que es el arte del Coaching propiamente dicho.
El empujón final…
Poco después, sigo una formación de 4 días con Anthony Robbins en Roma con otras 7.000 personas. Tony es uno de los mejores coaches del mundo y transmite una energía brutal: vuelvo a casa convencida de que debo dedicarme al coaching de forma seria.
Y desde entonces (2010), soy coach
Por fin, me siento coherente conmigo misma: trabajo respetando mis propios valores y disfruto de la enorme satisfacción que supone ver que un cliente está consiguiendo eso que tanto deseaba.